La formación de arquitecto y admiración hacia la arquitectura popular de la isla, fue lo que le hizo buscar, buscar y buscar… hasta encontrar un espacio donde poder elaborar y dar a conocer su cerveza.

Se trata de un antiguo celler en Cas Canar (Sencelles), majestuoso edificio con varios siglos a sus espaldas de elaboración de vinos, situado en la región vinícola más conocida de la isla y rodeado de cientos de hectáreas dedicadas al viñedo, lugar idóneo por la filosofía de respeto a la tradición y a lo rural.

La escala de su arquitectura, de su espacio, le confiere un carácter religioso, que “diviniza” la cerveza Toutatis.

Su transformación a microfábrica de cerveza fue lo más respetuosa posible con el edificio, con su historia y con la utilización que de él hicieron sus antiguos ocupantes. Localizando en cada uno de sus espacios exactamente las mismas funciones que antaño… producción, embotellado, almacenamiento… etc.

Su elaboración es artesanal aunque dispone de la tecnología más avanzada y de los equipos más modernos… situados en un módulo industrial prefabricado, a modo de caja, que se localiza en el interior de ese gran volumen diáfano que albergaba la antigua bodega y que actualmente se destina a zona de catas. Lugar amplio y acogedor donde realizar encuentros con aficionados a la buena cerveza quienes a través de un gran ventanal de vidrio pueden observar todo el proceso productivo.

Todo ello ante la atenta mirada de la imagen de grandes dimensiones, que representa la cerveza Toutatis… como una diosa en su templo. Esto unido a la escala del espacio y a los colores de sus vidrieras le confieren un carácter religioso… como si de una abadía belga se tratase…

La filosofía de este proyecto, definida por su ubicación en el entorno rural y por el cuidado y respeto del medio ambiente, hace que los materiales sobrantes de la elaboración sean reciclados o reutilizados (pienso de ganado, abono de cultivo…)